
El cantante compró de buena fe un auto cuyo intermediario fue el dueño de Palm Beach, según sus propias apreciaciones, pero luego se percató de que había sido engañado, ya que la policía lo detuvo y le sustrajo el rodado porque este tenía pedido de secuestro por un hecho ilícito cometido en el norte del país. La pasó muy mal y la dramática situación provocó que hoy se haya quedado sin el bien y sin el dinero que invirtió en el mismo. Sobre esta situación, el interprete, sostuvo: “Esto me dejó mal psicológicamente, anímicamente, moralmente, y económicamente, ya que era el único capital que yo tenía junto a la monedita que cobraba en Sadaic”. Además, pronunció: “Tengo dos hijos y se complica, tengo un bebé y se me enferma, entonces esto me atrasa mucho en todo y me duele”. También abrió un manto de esperanza en referencia a Marinaro: “Espero que no se porte como garca conmigo, todavía tengo la esperanza de que va asumir lo suyo, que no me va a dejar regalado”.