Se dice que Martín Ortega, Gabriel (hijo de Sebastián) y algunos otros músicos tuvieron un fuerte encontronazo pugilístico con bailarines oriundos de Barrio Suarez. Según cuentan, hubo algún que otro ladrillazo, trompadas y muchas pero muchas amenazas. Tal es así, que en los días posteriores la casa de Gabriel fue baleada, aunque los pibes de Suarez negaron haber tenido algo que ver con el caso.